martes, 22 de noviembre de 2011

Promover la lectura en los medios

La promoción de la lectura en los medios.
 
“Leer en voz alta, escuchar leer, son sin duda llaves que abren la puerta de entrada al mundo de la lectura. La madre que canta una nana, que lee el libro antes de dormir, esa lectura oralizada para que otros escuchen es el germen primario para la formación de un lector”, fue lo que sostuvo la escritora Graciela Bialet durante el Encuentro Internacional de Cultura Lectora llevado a cabo en la Feria del Libro Infantil y Juvenil de la ciudad de México.
Refirió que promover la lectura en todos los ámbitos posibles es hoy por hoy una necesidad imperiosa y una entrega que padres, docentes y comunicadores deben encarar para devolver y devolvernos la palabra. La escuela en este sentido juega un papel fundamental, porque para muchos, es quizá el único lugar donde la lectura y las palabras le sean ofrecidas como un relato colectivo que se hace propio.
 
Graciela Bialet, Coordinadora Regional del Plan de Lectura de Argentina, y quien por cierto ya ha compartido experiencias lectoras dos veces en esta ciudad capital, a invitación de la Coordinación Estatal del Programa Nacional de Lectura concluyó que “cuando apostamos a la promoción del libro creando y animando culturalmente una biblioteca, cuando podemos a través de la radio impulsar reseñas, lecturas y momentos de intercambios de textos, cuando a través de ella le acercamos a un niño y a su familia un cuento o un buen libro de lecturas; cuando invertimos nuestro desgastado tiempo de adultos para narrarles una historia o una poesía a los chicos, no estamos perdiendo el tiempo, estamos prestándoles nuestras desplumadas alas para que ellos las carguen de fantasías y se echen a volar”.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Sobre la lectura y la escritura

Fomentar la lectura...¡y la escritura!
Manuel Pérez Rocha
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Las instituciones y autoridades educativas muestran poco interés por fomentar la escritura, al menos en comparación con el que manifiestan por el fomento de la lectura, no obstante que ambas son dos caras de una misma moneda. Casi de manera permanente, apoyadas también por intereses privados, algunos mercantiles, se desarrollan campañas y concursos de promoción de la lectura, pero no de la escritura. Del mismo modo, tanto la prueba Enlace aplicada por la SEP, como la prueba Pisa de la OCDE, abarcan la lectura, pero no la escritura. Como se sabe, en la práctica estas pruebas estandarizadas y punitivas reorientan los esfuerzos educativos de maestros y escuelas, y en consecuencia el aprendizaje de los estudiantes. Este descuido de las autoridades por la escritura se traduce, por supuesto, en los estudiantes, en un pobre desarrollo de las habilidades para escribir, pero también en una gran limitación para el desarrollo de la lectura, puesto que la lectura completa es la decodificación, análisis y juicio de un escrito; es imposible leer bien si no se ha tenido la experiencia de haber escrito y enfrentado los múltiples retos implicados en la producción de un texto.
La escritura es la revolución cultural más importante en la historia de la humanidad. Sin la escritura no existirían ni la ciencia ni la cultura ni la tecnología moderna. Como ningún otro medio, la escritura permite concatenar ideas una tras otra, generándose así textos, argumentaciones y discursos sólidos y coherentes, lo cual hace posible un conocimiento integrado y profundo de los fenómenos y las cosas. La escritura es una maravillosa y fecunda tecnología de la palabra, esto se tiene presente. Pero no se valora el que la escritura es también una tecnología del pensamiento e incluso una tecnología de la conciencia. Se reconoce a la escritura como un medio valiosísimo y eficacísimo para almacenar y transmitir información (en el espacio y en el tiempo), pero se olvida que enriquece de manera considerable la reflexión y la introspección. La escritura nos ayuda incluso a aclarar, entender y valorar nuestras propias experiencias, emociones y sentimientos.
Walter Ong (Oralidad y escritura, FCE) lo explica con claridad: Mediante la separación del conocedor y lo conocido, la escritura posibilita una introspección cada vez más articulada, lo cual abre la psique como nunca antes, no sólo frente al mundo objetivo externo (bastante distinto de ella misma), sino también ante el yo interior, al cual se contrapone el mundo objetivo. El yo interior, el yo consciente, y su evolución a lo largo de la historia los conocemos gracias a la escritura, en especial a través de la literatura y los textos filosóficos humanistas, desde la Grecia clásica hasta nuestros días. Solamente con el conocimiento de esas otras manifestaciones del yo consciente, las generaciones anteriores han podido cumplir la sapientísima consigna conócete a ti mismo, y gracias a esta misma tecnología del pensamiento y la conciencia estamos nosotros en posibilidad de atenderla; la escritura es pues herramienta poderosa para la construcción de una identidad. Sin la escritura sería imposible la civilización actual. Además de ser un valioso soporte para conocernos a nosotros mismos, la escritura, en tanto medio de expresión, tiene otros múltiples beneficios: nos permite ser más útiles, compartir con los demás nuestras preocupaciones, nuestros sentimientos, nuestras emociones, así como nuestros conocimientos e ideas, y ponerlos a prueba. La escritura es un medio privilegiado de realización personal, pues en gran medida nos hacemos humanos al expresar y hacer común con nuestros semejantes nuestra vida interior.
La escritura ha tenido y seguirá teniendo efectos amplios no sólo en la dimensión cultural de la vida social e individual, también son indiscutibles sus enormes implicaciones en los ámbitos económico y político. En este último, la práctica regular de la escritura es apoyo importante de las elites dominantes y su ausencia es decisiva en las condiciones de marginación y sumisión de amplios sectores de la población, pues la escritura determina, enriquece y potencia las formas de pensamiento y expresión, tanto escrita como oral, de quienes leen y escriben sistemáticamente, y también regula, pero de manera subordinada, equívoca e inconsciente, la de quienes no lo hacen.
No sólo las carencias materiales de la mayoría han sido el impedimento para que se beneficien de la escritura, ha habido una política expresa de exclusión por parte de las clases dominantes. Por tanto el asunto trasciende la problemática escolar o educativa, e incluso la cultural, pues incide en la manera como hoy se concibe a los seres humanos, a la sociedad y a su organización política. Si bien hoy nadie rechaza la alfabetización universal (como objetivo social y éticamente obligado, lo cual implica que todo mundo aprenda a leer y escribir), para la mayoría se fijan metas muy pobres en cuanto a la escritura: desarrollar la capacidad de escribir el nombre propio, copiar textos, llenar formularios; otros niveles de escritura se reservan para los talentos o para profesionistas cuyas tareas implican escribir con determinado nivel de desarrollo. También muchos académicos, escritores e intelectuales han contribuido a hacer de la escritura un instrumento de clase. Se suman con entusiasmo a las campañas de promoción de la lectura, quieren que se vendan sus libros, que los lean, quieren tener influencia y prestigio, pero con arrogancia desdeñan la posibilidad de que la escritura sea práctica general.
En una sociedad democrática, la alfabetización universal debe entenderse no simplemente como el logro de la capacidad de leer y escribir de manera elemental, sino como la incorporación de la lectura y la escritura en la vida cotidiana de todos, como instrumento de trabajo, de expresión y medio de enriquecimiento personal.

martes, 15 de noviembre de 2011

Homenaje a José Emilio Pacheco, en Chilpancingo

Asistentes a la lectura en voz alta en Homenaje nacional al escritor José Emilio Pacheco este sábado 12 de noviembre al Palacio de Cultura de esta ciudad capital con motivo del Día Nacional del libro, convocado por el Programa Salas de Lectura del Instituto Guerrerense de la Cultura.

martes, 8 de noviembre de 2011

Día Nacional del Libro

José Emilio Pacheco en el Día Nacional del libro

El Instituto Guerrerense de la Cultura, a través del Programa Salas de Lectura Guerrero, invita a la sociedad en general para que asista a la celebración del Día Nacional del Libro en donde se realizará una lectura en voz alta  del libro "Los días que no se nombran", del escritor José Emilio Pacheco. La cita es este sábado 12 de noviembre a las 11 horas en el Palacio de Cultura “Ignacio Manuel Altamirano” de esta ciudad capital.
Los días que no se nombran” es una selección de poemas de 1985-2009,  que logrará asomarnos al espacio poético de José Emilio Pacheco. Desde hace más de 40 años, José Emilio Pacheco es una figura clave de la literatura mexicana. Ha obtenido diferentes premios de Literatura y Lingüística, los más recientes destacan el premio Octavio Paz 2003, Cervantes 2009 y el Premio Reina Sofía de poesía Iberoamericana 2009.
Por su parte, Alejandra Fraustro Guerrero, directora del Instituto Guerrerense de la Cultura afirma que en breve el proyecto fomento a la lectura será retomado en la entidad. Resaltó la recuperación de 60 salas de lectura y los abuelos lectores. Reconoció que la lectura como las distintas disciplinas del arte son importantes y que la lectura es justo el inicio para poderse enganchar e ir abriendo puertas que nunca se cierran, la lectura en todos los sentidos es un beneficio para el ser humano.