Al que le quede el cuento que se lo ponga.
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La experiencia de la cultura escrita depende, de la posibilidad que tenga cada niño de acceder y participar en el uso de actos de comunicación en donde se escuche, hable, escriba y lea.
Las actitudes que tengan los adultos, con los que convive el niño –principalmente padres y maestros-, hacia la cultura escrita pueden determinar el interés o la indiferencia al ser modelos a seguir, es una de las reflexiones que se hicieron en el Décimo Quinto Seminario Internacional de fomento a la lectura llevado a cabo en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de la Ciudad de México, en donde tuvo asistencia personal de la Coordinación Estatal del Programa Nacional de Lectura.
En este seminario, el lingüista colombiano Evelio Cabrejo Parra, aconseja que “hay que hacer al niño lector antes de la escuela, el niño inicialmente comprenderá que los sonidos que salen de la boca tienen significado, y al leer ellos lo comprobarán, y esto es lo que los hará lectores, cuando el texto no tiene significado, leer no tiene sentido”.
“El placer de la lectura es una experiencia que se construye, se comparte y se transmite”.
Y respecto a que siempre hay alguien que influye para que uno lea o no lea, el escritor puntualiza “usted podrá leer con mucho placer, si tuvo una lectura agradable con su abuela, con su padre, con otra persona generosa que le consagró minutos para leerle historias”.
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